Combatiendo la corrupción en el sector educativo en Paraguay
Este artículo ha sido traducido del inglés al español. El texto original, titulado Fighting corruption in the education sector in Paraguay, fue publicado el 31 de octubre de 2024 por la Harvard Kennedy School y escrito por Carol Kerbaugh.
David Riveros García, estudiante del programa MPA 2025, se enorgullece de ser hijo de un “lustrabotas y una joven adoptada de las calles”. Cree firmemente que el acceso a la educación conlleva la responsabilidad de servir a su comunidad.
Después de liderar una manifestación de un mes contra la corrupción en una de las escuelas secundarias públicas más grandes de Paraguay, Riveros García fundó reAcción Paraguay, una organización sin fines de lucro que combina educación cívica, tecnología y movilización social para exigir responsabilidad al gobierno. Durante los últimos 15 años, ha dirigido la organización, enfocándose en garantizar que la inversión pública en infraestructura escolar y alimentación llegue a las escuelas más necesitadas del país.
La organización lideró la reforma de la política nacional de adquisiciones para el sector educativo, facilitando la coordinación entre las autoridades del Ministerio de Educación y la Agencia Nacional de Contrataciones Públicas de Paraguay. La aplicación de reAcción, llamada FOCO, se ha convertido en la interfaz pública de facto para garantizar la transparencia de las inversiones históricas de Paraguay en infraestructura educativa y alimentación escolar.
“Faltaba un monitoreo efectivo para asegurar que los recursos llegaran realmente a las escuelas priorizadas, a pesar de la creciente disponibilidad de datos que lo permite. Ahí es donde entra nuestro trabajo”, explica Riveros García. “Desarrollamos tecnología que complementa nuestro mecanismo de monitoreo comunitario. En un período de tres años, nuestro trabajo contribuyó a un aumento de cinco veces en la asignación correcta de fondos en la ciudad más rica de Paraguay, lo que permitió que más escuelas necesitadas recibieran los recursos que les corresponden”.
Después de fundar reAcción cuando era adolescente, Riveros García obtuvo una beca completa para estudiar en la Universidad de Morningside en Iowa. Posteriormente, realizó una maestría en estudios de desarrollo en la London School of Economics and Political Science, donde fue becario Chevening. Lo que atrajo a Riveros García a la Harvard Kennedy School fue el enfoque práctico del Programa de Maestría en Administración Pública (MPA).
“Soy un practicante. He estado trabajando con personas en temas de políticas públicas, movilizando acciones colectivas e involucrando a diferentes actores desde que tenía 17 años”, comenta. “No tenía idea de los desafíos que implicaba gestionar personas, reclutarlas y capacitarlas, ni de lidiar con la política interna de una organización y con su ecosistema externo”.
Riveros García señala que el programa MPA se centra en desarrollar habilidades de liderazgo y gestión, y comenta que estas competencias habrían sido invaluables al inicio de su carrera.
“Si hubiera desarrollado habilidades en negociación y liderazgo de manera más estratégica y efectiva, probablemente estaríamos en una mejor posición política y estratégica para impulsar cambios beneficiosos para la sociedad”, reflexiona.
En Harvard Kennedy School, tomó cursos sobre emprendimiento social, desarrollo internacional y finanzas, como el curso API-141: Finanzas, impartido por el profesor Akash Deep.
“Nunca me fue tan mal en clase”, admite sonriendo. “Pero la cantidad de aprendizaje fue sobresaliente. Nunca me sentí tan motivado intelectualmente para aprender más. Si venís acá sólo para tomar clases sobre temas que ya dominas, entonces no te estás esforzando por explorar esos vacíos incómodos dentro de vos, que podrían hacerte mejor profesional y practicante”.
Fuera del aula, Riveros García es becario Gleitsman y Cheng, siendo el primer paraguayo en recibir este último reconocimiento.
“Como orgulloso paraguayo, hijo de un lustrabotas y una joven adoptada de las calles, estoy increíblemente agradecido de recibir estas becas”, dice.
Con sus compañeros de la beca Gleitsman, disfruta reflexionar y recargar energías. “Pasar tiempo con personas que han trabajado en distintas áreas de activismo social y tomar un momento para pensar en el futuro después de Harvard Kennedy School ha sido único”, comenta.
En cuanto a la beca Cheng, el intercambio de ideas en los debates grupales ha sido revelador. “Me enfoco en la anticorrupción y el desarrollo internacional con tecnología cívica, y escucho a alguien hablar sobre energía sostenible y un software para baterías que podría ahorrar hasta un 30% en el consumo energético”, dice. “Pueden parecer temas no relacionados, pero luego te das cuenta de que su manera de optimizar procesos podría aplicarse a ciertos aspectos de tu trabajo”.
De cara al futuro, Riveros García espera ampliar el trabajo de reAcción a otras ciudades y países, integrando esfuerzos comunitarios con tecnología para facilitar una participación cívica significativa.
“Tenemos un enfoque híbrido único del que otras comunidades, no solo en Paraguay, sino también en el extranjero, podrían aprender y adoptar”, explica. “Realmente quiero que nuestra experiencia en reAcción sea una inspiración y un modelo para una manera diferente de abordar el trabajo de desarrollo internacional, más cercana a las comunidades y menos dependiente de donantes internacionales”.
Riveros García tiene claro algo: el servicio público es su vocación.
“Si tenemos el privilegio de acceder a este nivel de educación y conocer a personas brillantes, entonces tenemos el deber y la responsabilidad, no la opción, de servir a los demás”, afirma. “El conocimiento puede crear mejores medios de vida y horizontes más brillantes para personas que hoy ni siquiera creen que sus vidas puedan mejorar. Mi camino es ser útil para quienes han sido excluidos y desfavorecidos toda su vida, como lo fue mi familia cuando crecíamos”.